El presidente del Consejo Honorario del Servicio Paz y Justicia en América Latina, Adolfo Pérez Esquivel, quien ganó el Premio Nobel de la Paz en 1980, se hizo eco de la situación de los pueblos indígenas en Paraguay, en medio de movilizaciones de las comunidades, que piden la restitución de sus tierras ancestrales.

 

“En una construcción democrática se deben respetar los derechos de los pueblos originarios. No pueden ser reprimidos, hay que respetar los pactos y convenciones internacionales porque es la única forma de fortalecer la unidad del pueblo y la democracia”, expresó Pérez en un video publicado por el medio RTV.

 

El material audiovisual hace alusión a los últimos acontecimientos que involucran a la comunidad indígena Tacuara’i, situada en la localidad de Corpus Christi, y el proceso judicial al que fue sometido su líder, Derlis López.

 

Es una comunidad cuyos miembros acampan frente a la sede del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) en busca de un pedazo de tierra. También estuvieron en la Plaza de Armas, movilizados para tratar de llamar, sin éxito, la atención de las autoridades.

 

López fue detenido en una manifestación organizada en reclamo por el asesinato de su hermano, Vicente López. No obstante, luego fue beneficiado con el arresto domiciliario.

 

Él está imputado por los supuestos hechos que guardan relación con amenazas de hechos punibles, coacción grave y producción de riesgos comunes. Todas estas causas están vinculadas a la manifestación.

 

Así también, el mensaje del Nobel se da tras la destitución de Alba Eiragi Duarte, poeta y docente, del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), por pronunciarse ante lo sucedido en dicha comunidad.

 

La falta de asistencia a los pueblos indígenas no es una novedad en el país. Desde hace más de 10 años, Paraguay enfrenta tres condenas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) para la restitución de tierras a las comunidades Ykye Axa, Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek.

 

¿Quién es Adolfo Pérez Esquivel?

 

Pérez Esquivel ganó el premio Noble de la Paz en 1980 por su compromiso con la defensa de la Democracia y los Derechos Humanos por medios no violentos frente a las dictaduras militares en América Latina.

 

Al recibir el galardón, lo dedicó a los sectores más vulnerables: “…En nombre de los pueblos de América Latina, y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios; en nombre de ellos, mis hermanos indígenas, los campesinos, los obreros, los jóvenes, los miles de religiosos y hombres de buena voluntad que, renunciando a sus privilegios, comparten la vida y camino de los pobres y luchan por construir una nueva sociedad”.

 

Dictadura en Argentina. A través del Servicio de Paz y Justicia denunció las atrocidades cometidas durante el Gobierno de Jorge Rafael Videla, régimen bajo el cual fue encarcelado en varias ocasiones.

 

De acuerdo a la información que publica su página web, no solo formó parte de varias organizaciones de derechos humanos, sino que también ayudó en la constitución de agrupaciones de familiares de víctimas de la dictadura, como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo y Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas.

 

Visita a Paraguay. En noviembre de 2016, llegó al país en el marco de un foro social desarrollado en Horqueta, Departamento de Concepción.

 

En aquella ocasión, había sugerido destinar mayores recursos a presupuestos para políticas sociales, en lugar de invertir en el gasto militar.

 

En el 2014, Pérez Esquivel envió una carta de solidaridad dirigida a los presos de la masacre de Marina Cué, en la que resaltaba la falta de humanidad y de respeto.